Aunque para algunos la temática de la nota pueda resultar alarmante o causar rechazo, el “Divorcio del sueño” es un método avalado por expertos tanto en relaciones como en sueño. Y es que la realidad muestra que a veces, a pesar de que sintamos un amor profundo por nuestra pareja, la hora del descanso sea una tortura debido a los ronquidos o los movimientos incesantes de la persona con la que dormimos.
El “Divorcio del sueño” no se trata de otra cosa que de dormir en camas separadas. A pesar de que muchos se rehúsan a la idea, los estudios muestran que esta práctica trae diversos beneficios para la pareja involucrada.
Para contar con lo que se llama una correcta “higiene del sueño” es esencial gozar de buena salud, y en lo que refiere al sueño esto se puede lograr de múltiples maneras. La más famosa y conocida podría ser la sugerencia de dormir desnuda, ya sea estando acompañada o sola. El estar libres de ropajes contribuye a una mejor respiración de distintas zonas de nuestro cuerpo, por lo que dormir sin ropa interior traería enormes beneficios para nuestra salud e higiene. Pero más allá de nuestro propio cuerpo y su debido cuidado, también influye en nuestro bienestar personal la presencia de un otro.
Dormir con otra persona puede ser toda una odisea si en el medio del descanso aparecen ruidos insoportables, ronquidos, conversaciones incoherentes o sueños en los que parece que nuestro compañero/a está luchando, con patadas voladoras incluidas.
¿Qué se debe tener en cuenta antes de llevar a cabo el “Divorcio del sueño”?
Como toda práctica que se realiza con un otro, el divorcio del sueño tiene que ser charlado y consensuado previamente. La comunicación es clave en todas las relaciones de nuestra vida, y esto, demás está aclarar, incluye a nuestra pareja.
Infinidad de veces oímos a especialistas decir que las cosas deben charlarse, y es así. Si vamos a comenzar a dormir en camas separadas, hay que hablar. Pero no hace falta poner un tono trágico a la cuestión. Podemos plantearlo con liviandad, decir qué cosas nos están incomodando y expresar con sinceridad por qué creemos que esta práctica podría favorecer a la pareja.
El “Divorcio del sueño” abre nuevas puertas
Una vez que decidimos poner en marcha esta nueva forma de vida, o para ser más exactos, de descansar, una variedad de alternativas se ponen sobre la mesa. De repente nos encontramos con la posibilidad de dormir los días de semana por separado, solo para esperar ansiosos a que llegue el fin de semana para volver a disfrutar largas veladas con nuestra pareja. De pronto hasta puede surgir el sentimiento de extrañar al otro, simplemente por pasar un tiempo un poco “más alejados”, lo que reavivaría la pareja y volvería a encender estas ganas de vernos y disfrutar de la compañía del otro.
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