Bon appetit: La importancia de una buena cena

Una buena cena implica dos variables a tener en cuenta: el horario y la comida en sí. Más allá de que existen algunos alimentos más saludables que otros, la hora en la que cenamos también es muy importante, generando consecuencias físicas y mentales.

Para empezar, deberíamos entender por qué los expertos recomiendan cenar temprano. Muchos de nosotros debemos estar acostumbrados a cenar a las diez de la noche. Pues bien, esto es algo que deberíamos comenzar a cambiar.

La digestión es un proceso complejo y nuestro sistema metabólico requiere de cierto tiempo prudente para cumplir con sus tareas. Es por ello que no es recomendable cenar para luego inmediatamente irnos a dormir, ya que nuestro cuerpo necesita de cierto tiempo para “reacomodarse”.

Esta situación empeora si además comemos mucho en cantidad durante la cena. Inevitablemente, esto afectará directamente a nuestro sueño, que tendrá más trabajo digestivo, por lo que será menos reparador. Seguramente esto terminé por afectar nuestras energías, ya que al día siguiente amaneceremos cansados.

Entonces, hasta aquí, estas primeras sugerencias nos indican que debemos comer relativamente temprano y no excedernos en cantidades. Todo ello para conciliar el sueño más fácil y además descansar plácidamente. La última recomendación que queda, entonces, refiere al ¿qué comer con exactitud?

Según los especialistas, la cena debe contener mayor cantidad de proteínas que de hidratos y grasas, pero los alimentos que consumamos pueden tener cualquiera de ellos. 

• Proteínas: pollo, pescado, queso u otros lácteos.
• Grasas (en poca cantidad): aceite de oliva, frutos secos, semillas, aceitunas, o palta)
• Hidratos de carbono (se recomienda que tengan bajo índice glucémico): frutas, verduras, arroz integral o legumbres.