La cantante Mon Laferte siempre ha sido una artista honesta y frontal, pero esta vez su testimonio fue aún más impactante. A través de un extenso mensaje en sus redes sociales, la cantante reveló episodios estremecedores de su vida: abusos sexuales, explotación laboral, adicciones y acoso en la industria musical. Lejos de buscar compasión, su relato es una reafirmación de su identidad artística y un recordatorio de la crudeza del camino que la llevó hasta donde está hoy.
"Si hubiera pedido permiso, estaría muerta"
Con esta frase contundente, Mon Laferte dejó en claro que su historia no es la de alguien que siguió el camino tradicional para ser artista. "¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista? ¿Naces, te haces, lo compras? Yo no fui a la universidad y no tengo título de artista ni de catedrática ni de ná, pero la necesidad te enseña a ser más creativa, arreglártelas y a no pedir permiso", escribió.
Su infancia estuvo marcada por la violencia: fue violada a los 7 años, y a los 11 ya consumía alcohol, cigarrillos y marihuana. A los 13 años probó la pasta base y comenzó a trabajar cantando en bares, micros y circos, mientras era explotada por un hombre 20 años mayor que ella, quien se hacía pasar por su mánager y se quedaba con la mitad de sus ingresos.
A los 17 años, su vida cambió nuevamente cuando su abuela sufrió un derrame cerebral y quedó postrada. Mon tuvo que hacerse cargo de ella mientras intentaba mantenerse a flote económicamente. "En las noches salía a cantar y con eso compraba pañales y, a veces, un vestido de la ropa usada pa’ cantar", relató.
Acoso en la televisión y su huida a México
A los 18 años, encontró en la televisión chilena una oportunidad que le permitió ganar algo de estabilidad. Sin embargo, su paso por la industria televisiva fue otra prueba de resistencia: fue acosada por un productor musical, quien la besó a la fuerza en varias ocasiones y la descalificó profesionalmente. "Me la creí y aguanté por necesidad, pero finalmente tuve el valor y me fui", confesó.
A los 23 años, con los pocos ahorros que tenía y sin contactos, decidió emigrar a México en busca de nuevas oportunidades. Allí enfrentó nuevos desafíos: la violencia del crimen organizado y años de precariedad. "Salí escapando un par de veces de algún antro en Veracruz", relató. Durante ocho años, se ganó la vida cantando covers en bares, con un sueldo apenas suficiente para sobrevivir y ayudar a su familia en Chile.
"No voy a disculparme por ocupar mi espacio"
El relato de Mon Laferte no es una carta de disculpas, sino una reafirmación de su derecho a existir y a ocupar su lugar en la música. "Yo no ando queriendo ocupar el espacio de nadie, pero tampoco voy a andar disculpándome por ocupar el mío", sentenció.
Hoy, Mon Laferte es una de las voces más influyentes de Latinoamérica. Su historia no solo es un reflejo de lucha y resistencia, sino también una prueba de que el arte es mucho más que entretenimiento: es una necesidad, un refugio y un acto de valentía.
at redacción Marie Claire
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios