Discriminación, violencia, celos, poder, amor, corrección política y cultura de la cancelación. Estos son algunos de los temas que aparecen y reaparecen en Malcolm & Marie, la nueva película original de Netflix que se estrena mañana en la plataforma y que está protagonizada por John David Washington (hijo de Denzel y protagonista de Tenet) y la popular Zendaya.
La sinopsis parece muy simple y acotada: la pareja del título (Washington y Zendaya) regresa a su casa -en realidad, a la mansión hollywoodense que les provee el estudio- luego de la exitosa avant premiere de la película dirigida por Malcolm.
Escrita y dirigida por Sam Levinson (el mismo de Euphoria, la serie que consagró a Zendaya), este drama romántico comienza jugando, y mucho, con ciertos paralelos entre realidad y ficción.
¿Es el personaje de Washington una suerte de Levinson, un director cuya obra maestra (ejem, ejecutivos de HBO…) es sobre una chica afrodescendiente que necesita curar su adicción a las drogas? ¿es el personaje de Zendaya, actriz y ex adicta, efectivamente su gran musa inspiradora?
Disquisiciones a un lado, lo cierto es que la película comienza jugando con muchos tópicos de la actualidad norteamericana y global –básicamente, el racismo, y luego la llamada cultura de la cancelación- para pasar de a poco a un incesante duelo verbal y sentimental entre ambos protagonistas.
Si al comienzo domina la felicidad y (perdón) la euforia por lo logrado en esa avant premiere, al pasar los minutos serán muchas las cuentas pendientes, tanto del pasado como del presente, que empezarán a emerger.
Y de a poco se largará así una desgarradora lucha dialéctica, que tomará la forma clásica de la pelea de box a lo Hollywood: golpes de KO de un lado, caída del otro para dar lugar a un inmediato contraataque enardecido.
Filmada durante el más estricto “lockdown” de Hollywood, Malcolm & MArie desborda de espíritu indie: fílmico 35 mm en blanco y negro y dimensiones mínimas, solo dos actores y una única locación, la mansión de Malibú. ¿Su presupuesto? Dos millones y medio de dólares, una cifra irrisoria para cualquier producción original de Netflix.
La música es también un punto alto de su apuesta, y es responsabilidad de otra figura bien conocida para el grupo: Labrinth, el mismo que compuso que creó la banda sonora de Euphoria.
¿Será, como algunos predicen, una película de Oscar? Es altamente probable, tanto por el guion y la sobria dirección de Levinson como por las actuaciones de los protagonistas. En especial, claro, Zendaya, que podría de esa manera cerrar un largo año pandémico realmente envidiable.
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