Detrás de su ventanilla se ven las calles de París. Alexandra nos atiende vía Zoom desde el auto que la transporta a algún punto de esa ciudad. Su agenda está súper abarrotada de compromisos, pero igual charla tranquila con Marie Claire a una semana de haber presentado al mundo el innovador proyecto de solidaridad social y ambiental L´Oréal for the future, que prevé la inversión de 150 millones de euros.
Palt nació en Austria, fue activista por los derechos humanos en Amnistía Internacional, trabajó también para la esfera pública hasta que en 2012 entró al grupo L´Oréal. Hoy es Vicepresidenta Ejecutiva de la Fundación L´Oréal, además de Directora del Departamento de Sustentabilidad y Responsabilidad Social Corporativa. “Desde muy chica me convencí de que debía luchar por los derechos humanos y el planeta”, cuenta la ejecutiva, que habla muy poco sobre su vida privada, pero confiesa que encuentra su cable a tierra en su familia: con sus hijos y su marido.
-¿Quiénes te inspiraron a lo largo de tu carrera y quiénes te inspiran hoy en día?
-Siempre suelo preguntarme esto. Mi mayor inspiración no es una sola persona, sino muchísima gente. Tengo la oportunidad de conocer a tantas personas en mi vida diaria, especialmente mujeres que sobrevivieron a situaciones difíciles, fueron resilientes y son, a su vez, buenas personas y tratan de contribuir y ayudar a gente que no puede elegir. Me inspira mucho una madre soltera que intenta hacer lo mejor para el futuro de su hijo en situaciones adversas, por ejemplo.
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-Fuiste y te considerás aún hoy una activista, ¿fue difícil para vos dar pelea dentro de una compañía?
-En L´Oreál fui muy bienvenida y la gente siempre valoró el hecho de ser activista y que pueda tener una perspectiva distinta de la sociedad y del mundo. Según mi experiencia, hay muchos ambientes en donde todavía es difícil, pero en esta compañía sentí que fueron abiertos y estaban preparados para integrar otras perspectivas.
“A un activista le recomendaría que no se guíe por el odio. Que se enoje, pero que use esa energía para generar cambios en las personas”.
-Rompiste el techo de cristal, ¿fue complejo este proceso?
-Sí y no. (Piensa) Al ser mujer tuve muchísimos obstáculos invisibles. Hoy creo que nadie diría que no se elige a una persona o se la promueve en su trabajo por ser mujer, pero en el día a día nuestra legitimidad es muchas veces puesta en jaque.
-¿Por ejemplo?
-Muchas veces me pasó de expresar una idea en reuniones y que nadie me lleve el apunte, y a los cinco minutos un hombre diga lo mismo y lo feliciten por la propuesta. Ese tipo de situaciones vivimos todas las mujeres que hicimos una carrera profesional. Lo que me fue sencillo, es que soy extremadamente combativa, tengo espíritu de lucha y soy perseverante, entonces no suelo pensar que eso es indefectiblemente así. Voy un paso adelante, como en los deportes -que practico bastante-. Ser una mujer en una posición importante tiene muchísimos desafíos.
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-¿Fue muy vital el poder de negociación en tu carrera?
-¡No! (se ríe). No soy de ese tipo de personas, no trato de mediar. Hay alguien en mi equipo que se encarga de eso que es muy balanceada, busca acuerdos, etc. Yo soy más la persona que presiona y quiere ir más allá.
-En referencia al programa L´Oréal for the future, ¿cuál creés que es la responsabilidad de las compañías y cuál la de los consumidores en el cuidado del planeta?
-La primera responsabilidad es la nuestra. Tenemos que hablar sobre cómo estamos capacitados para transformarnos y cómo podremos contribuir al mundo. A partir de ahí, debemos apoyar a nuestros consumidores en el viaje hacia la sustentabilidad. Ellos tienen responsabilidad como ciudadanos y pueden tener la posibilidad de tener influencia en sus compras y en corporaciones y empresas, por ejemplo, pueden de cierta forma ayudarnos a animarnos a ir más lejos en el tema.
-La gente suele decir que tiene conciencia por el planeta, pero muchas veces se lo olvida cuando está en la góndola adquiriendo un producto, ¿cómo se hace para revertir estos comportamientos?
-Hay varias formas de involucrar a los consumidores en nuestra estrategia sustentable. Primero, con innovaciones que hemos lanzado al mercado, como champúes sólidos, envases recargables. Además, los compradores pueden tener acceso a la huella de carbono que generan nuestros productos. Por supuesto, es difícil que todos vayamos para el mismo lado juntos, pero esto es parte de lo que podemos hacer por ahora.
-El programa incluye la ayuda a mujeres vulnerables de todo el mundo mediante diferentes programas, ¿cómo se involucran y conocen las diferentes realidades del mundo?
-L´Oréal está muy conectado en todas las naciones que trabaja a través de ONG´s y asociaciones sociales. Trabajamos codo a codo y en el terreno con ellas, esto nos permite elegir proyectos que trabajen con mujeres en todos los países que operamos, porque lo que pasó durante la pandemia es que las pequeñas asociaciones hicieron un gran trabajo de ayuda, y están en peligro por la crisis económica.
“Muchas veces me pasó de expresar una idea en reuniones y que nadie me lleve el apunte y que luego todos feliciten a un hombre por decir lo mismo”.
-¿Pensás que el comportamiento de los consumidores será muy diferente después de la crisis del coronavirus?
-No sé si es después de la pandemia… Lo que seguro pasará es que las tendencias que ya venían ganando terreno se afirmarán: una de ellas es la sustentabilidad, otra lo digital. Ambas fueron confirmadas y aceleradas por el covid-19.
-¿Cómo imaginás la belleza en diez años?
-Completamente sustentable, por supuesto. Habrá mucha evolución social, la relación con la naturaleza cambiará, y la gente tendrá más responsabilidad… Las únicas compañías que serán exitosas serán las que presten atención a esto y se involucren.
-¿Qué sueño tenés para el futuro?
-Por empezar, espero poder ayudar y continuar a proyectar a la empresa hacia la sustentabilidad y, después, quiero volver a mi primer amor: el trabajo en las ONG.
-Para terminar, ¿qué le sugerirías a una joven activista?
-(Piensa) Que tenga el entusiasmo para crear y ser positiva, pero que siempre trate de ser guiada por el enojo, no por el odio. Que se enoje, pero que ponga esa energía en la capacidad de generar cambios en las personas.
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