Eiza González, la mujer que encarna todas las mujeres

El rostro de Eiza González brilla como si conociera de memoria la palabra “presencia”. Frente a la magnitud del lanzamiento de BOSS The Scent, la actriz mexicana no necesita impostar entusiasmo: se sabe parte de un linaje de mujeres que hoy reescriben el poder desde lo sensible. Para ella, ser embajadora de una marca icónica es, ante todo, un honor. “Este perfume encarna a la mujer del siglo XXI: audaz, determinada, pero también tierna, amorosa, sensible. Esa mujer que puede ser todo al mismo tiempo”, asegura.

La campaña la muestra interpretando a un personaje fuerte y sensual, y en esa construcción encontró reflejos de sí misma. Reconoce que no le gustan las etiquetas y que huye de las cajas. “Soy camaleónica. Puedo ser fuerte y audaz, pero también frágil y llorona; sensual y femenina, pero también juguetona y sensible. Quiero ser todas las mujeres que admiro”.

La fuerza de esa narrativa se potencia con la química que compartió junto a David Corenswet, su partenaire en el film. La atracción y la complicidad fueron claves para transmitir el mensaje: la campaña no se sostiene en la idea de una mujer que acompaña, sino en dos fuerzas que se complementan con igualdad.

Ese poder no le resulta ajeno. En su carrera, Eiza interpretó personajes que desafiaban con confianza y determinación, y ahora volcó esa experiencia en la campaña. Lo hizo, como en cada papel, desde lo sensorial. Para ella, un perfume puede funcionar como un guion invisible: “Es un ancla que transforma un día gris en un manifiesto de poder”.

El concepto de dualidad atraviesa todo: fuerza y sensibilidad, intensidad y delicadeza. Eiza lo entiende como la esencia de lo femenino. “Es fuerte y suave, intensa y delicada: una experiencia sensorial que no se olvida”, resume.

La actriz vive un presente de contrastes: mientras brilla en la moda, también forma parte de mega producciones del séptimo arte. Lejos de ver mundos separados, asegura que ambos se alimentan: la actuación le da herramientas para contar historias en la moda, y la moda le regala matices que después incorpora en sus personajes.

Ese mismo cruce lo encontró en el perfume. La mezcla de notas de durazno con la sensualidad del almizcle blanco le recordó la importancia de dejar huella. Como actriz, acostumbra elegir aromas para cada personaje, porque los olores quedan ligados a recuerdos y emociones. “Una fragancia memorable es aquella que permanece incluso cuando te vas. Esta lo logra”, afirma.

El tema de la sustentabilidad también entra en juego. González destaca la apuesta de BOSS por frascos recargables y materiales conscientes, pero va más allá: “La atemporalidad también es sostenibilidad. Tengo prendas de la marca de hace años que todavía uso, y eso habla de un diseño que trasciende modas”.

Consciente de su rol, sabe que ser embajadora global la convierte en un símbolo de diversidad y representación. “Es un honor que una mexicana pueda estar en una campaña internacional. La representación importa. Cuando una latina se ve en un aeropuerto del mundo, se siente incluida en esa narrativa”.

Antes de despedirse, deja un mensaje que condensa todo lo conversado: “Sé vos misma. Aunque tengas un mal día, aunque sientas que no podés, levantate, lavate la cara, ponete un buen perfume y creelo: ‘lo tengo, soy la jefa, puedo’. Ese es el espíritu de esta campaña”. Lo dice con voz firme y ojos encendidos. No es una declaración de marketing: es una mujer que, fiel a su esencia, quiere ser todas las mujeres que la habitan.