Friday 29 de March de 2024

SOCIEDAD | 10-02-2020 16:27

¿Es posible el JOMO según los especialistas?

En un mundo hiperconectado a través de Internet, los celulares y las redes sociales, es un oasis de calma el JOMO – joy of missing out o la alegría de perderse cosas-, lo cual implica decirle no por un rato al mundo digital y conectarse con el entorno real.

El celular mantiene a las personas conectadas con un mundo de sociabilización online constante, allí aparecen notificaciones para asistir a eventos a través de Facebook o Instagram. Es una invitación compulsiva a no perderse nada.

Sin embargo, los que eligen seguir el camino del JOMO disfrutan no hacer planes todo el tiempo ni estar disponibles las 24hs.

De modo consciente prefieren disfrutar sin dispositivos móviles y con más conexión humana. Esta nueva manera de vivir surge como la antítesis del FOMO – fear of missing out o miedo a perderse cosas-.

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A ese miedo hace referencia la psicóloga y miembro de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires, Beatriz Golberg: “Si uno no está en las redes viendo lo que pasa en el mundo siente que pierde algo. Eso se nota cuando se cae la red y genera abstinencia”. 

Más conexión humana
Más conexión humana

Ante esa situación considera que “la nueva tendencia de disfrutar perderse algo está bien y es mejor eso que depender de las redes, ya que hasta pueden llegar a generar angustia si no te ponen un me gusta”.

Un antídoto para ese sentimiento es “registrar para qué se utiliza el dispositivo y limitarlo”, explica la psicóloga, directora y fundadora de Reconectarse -centro de tratamiento de adicciones a la tecnología-, Laura Jurkowski. Y agrega: “El contacto cara a cara no debe ser reemplazado por el celular, ya que no es lo mismo mirarse a los ojos que a través de la pantalla”. 

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De la misma manera piensa la canadiense Christina Crook, autora de The Joy of Missing Out: Finding Balance in a Wired World​, y va más allá: “Es fácil alejarse del celular y adoptar el JOMO como estilo de vida porque es mucho mejor que estar frente a una pantalla”.

Después de experimentar vivir sin Internet un mes, la vida de Crook cambió por completo y la llevó a escribir el libro. También comenzó a hacer listas en papel para saber las tareas a que debía realizar con la computadora y así evitar tiempo innecesario adelante del monitor.

“El JOMO me dio felicidad porque me pierdo las cosas correctas. Ahora paso más tiempo con mi familia, amigos, haciendo hobbies y conectada con la naturaleza. Y aunque todos vamos a vivir con tecnología durante el resto de nuestras vidas, podemos decidir cómo utilizarla”, afirma la escritora.  

Sin embargo, el uso casi automático del celular y la masividad de los smartphones dificulta la práctica del JOMO. “Para gran parte de población administrar el uso del dispositivo móvil se convirtió en un desafío. Porque a todos nos pasó que pasamos demasiado tiempo en una red social y no reportó ningún beneficio”, explica el psicólogo, profesor e investigador sobre Tecnología y Ansiedad en UADE, Patricio López Salazar.

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Por eso el psicólogo sostiene que ese fenómeno implica “recuperar aquello que los celulares nos están sacando, que es el presente. La gente que lo practica lo vive como un momento de desintoxicación del mundo digital y les permite apreciar el día a día de otra manera”.

Esta tendencia llegó al país, la influencer de viajes Sofia Stavrou –más conocida como Soy de Grecia que en Instagram cuenta con 40.000 seguidores- disminuyó su presencia en la red y llamó la atención de sus lectores, al punto tal de que le envían mensajes para saber si está bien.

Al igual que Crook, Sofia Stavrou sostiene: “Me di cuenta que Instagram destruye la creatividad de las personas, roba la atención de manera desmedida y amenaza lo más valioso que tenemos: nuestro tiempo”.

Además, afirma: “Me comprometí con este proceso de alejarme de la red y hoy gané tiempo de calidad, descanso mejor, disfruto más de los encuentros con las personas que quiero, estando presente y con el teléfono guardado en la cartera”.

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