No pudieron ir a los BAFTA, pero tampoco fueron a los Oscar. Harry y Meghan podían desfilar por la alfombra roja del Teatro Dolby de Los Ángeles y convertirse en el centro de todas las miradas en una noche en la que el protagonismo debía ser para los nominados, pero prefirieron mantenerse al margen.
Los duques de Sussex declinaron la invitación de la Academia para estar presentes en la última edición de los Premios Óscar, a pesar de que se trata de una oferta más que tentadora.
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Los motivos para no acudir podrían estar relacionados con las mismas razones por las que los Sussex decidieron mantenerse al margen de la Familia Real.
Y es que Harry y Meghan no quieren atraer la atención mediática y mucho menos por algo que tenga que ver con su imagen y las causas que apoyan.
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La noticia de su rechazo a la invitación de la Academia sale a la luz justo después de que se publicó que el nieto predilecto de la reina Isabel y su esposa participaron de una conferencia en Miami para JP Morgan por la que cobraron un millón de dólares y en la que Harry habló sobre algunas de las secuelas que le causó la muerte de su madre.
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Una cita que supuso el golpe final para la salida de la carrera en solitario de los Sussex que, a partir de ahora tienen que empezar a buscar nuevas formas de financiación para su vida fuera de la Corona y también del Reino Unido, para disgusto de la reina Isabel.
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