Para su nueva colección otoño-invierno, Benito se basó en los paisajes de California.n Desde San Francisco, Los Ángeles, a San Diego, la paleta de colores remitió a los atardeceres de Los Angeles, las islas y los volcanes de la costa del Pacífico, con sus azules, verdes, amarillos, rosados y naranjas. Los bosques y árboles gigantes y el GranCañón del Colorado (verdes, marrones, rojizos y negro). Propuso siluetas clásicas, sastreras y amplias con estampas en complemento con detalle en bordados. Prendas largas con géneros llenos de movimiento, frescura y distinción.
La prenda que se incorporó nuevamente es la túnica con distintas texturas, morfologías y estampas, además de los tapados. El saten de seda natural fue la protagonista de la mayoría de los vestidos y aportaron movimiento y magia a la pasarela. Los escoseses fueron el estampado de la temporada. Estampas y brodery con tejidos bordados se mezclaron para dar lugar a prendas urbanas (maxi pollera, bomber, maxi vestidos).
Las flores, marca registrada de Benito, unificaron la colección acompañados de transparencias, escotes y ruedos irregulares.
Luego del desfile, el propio diseñador entregó la Copa Benito Fernández a Brian Enrique, el jockey ganador del Clásico Old Bunch junto al caballo Saint Runner.
at Redacción Marie Claire
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