Friday 19 de April de 2024

FOOD | 23-09-2022 14:42

Próspero Velazco: el pastelero uruguayo enamorado de Argentina que logró revolucionar la patisserie en pandemia

Conocé a este pastelero que trabajó con Fernando Trocca y Francis Mallmann y que transformó su bakehouse en un espacio único en Buenos Aires.

¿Es una localidad, un personaje de ficción o una pastelería de otro país? Todo eso y mucho más se pregunta el público que hace cola en su local de Belgrano. La respuesta a tantas conjeturas es una: Próspero Velazco es el nombre de este pastelero uruguayo de muchísima trayectoria internacional que se animó justo antes de la pandemia a cumplir el sueño de abrir su bakehouse.

Próspero trabajó con grandes chefs como Emilio Garip, Francis Mallmann y Fernando Trocca y llevó su magia a restaurantes de Punta del Este, Nueva York, Australia, Francia, España y Austria. Pero tras ocho años de desempeñarse en la Gran Manzana decidió volver a su gran amor, Buenos Aires. Así fue como abrió su propio centro de producción que proveyó de productos a cadenas (cuando aún eran pequeños locales) como Green Eat, Nucha y Lucciano´s hasta que se animó a poner un stand en la feria Buenos Aires Market. Ahí el éxito fue inmediato. “La gente venía de Lanús a Saavedra para comprarnos y nos pedía un lugar en dónde adquirir nuestros productos”, recuerda y agrega: “Luego de esa experiencia finalmente me animé y abrimos Próspero Velazco, un lugar en el cual logré plasmar mis 35 años de carrera”.

Ese toque francés

Su pasión por la pastelería nació a sus 17 años. Desde la localidad del Interior de Uruguay, Florida (donde nació), viajó a Punta del Este para probar suerte. Un tío lo recomendó para trabajar en un restaurante que se estaba por abrir en ese momento. “Era el de Martín Pittaluga (Bleu, Blanc, Rouge) , entré como che pibe, pero a las dos semanas un pastelero francés me adoptó. Recuerdo que lo ví hacer una araña de chocolate y en ese momento me enamoré de esta profesión”, rememora.

Si bien siempre fue un apasionado del pan, desde que abrió Próspero esta actividad se volvió una especie de obsesión. “Me duermo pensando en pan y me despierto pensando en pan, amo trabajar con masa viva. Me quita el sueño”, confiesa. A pesar de los detractores de la masa madre o de los que aseguran que es "solo una moda" Próspero afirma que es una cuestión de salud, ya que es un producto mucho más digerible y más sano para el organismo. "Hay mucha gente que no le gusta la acidez o que sea duro, pero hay miles de maneras de hacer pan de masa madre y que tenga el sabor y la textura justa. Hay panes para todos los paladares y en Próspero pueden comprobarlo", apunta. 

 “Me duermo pensando en pan y me despierto pensando en pan, amo trabajar con masa viva. Me quita el sueño”

 

 

Como una joyería

“Lo que quiero es que el cliente entre al local y viva una experiencia. Tenemos, además de un excelente producto, buena música, los colores apropiados, los espacios pensados... estamos detrás de cada detalle para que se sientan bien. Por eso tardamos seis meses en armar el primer negocio a la calle”, explica. Y claramente traspasar la puerta de sus cuatro locales es entrar a una joyería repleta de delicias: panes de todo tipo, facturas, pastelería, macarons, productos regionales y café Nespresso son solo algunos de los manjares que ofrece. “Cuando nació el local no tuve dudas de sumar a Nespresso por lo que implica la marca. Es un café de especialidad que se sirve todos los días impecable, el mismo producto siempre y eso vale muchísimo”, explica Próspero, quien ofrece las diferentes especialidades de la firma suiza. 

 

"Soy un enamorado de Argentina, hasta el aroma de Buenos Aires me gusta. Siempre me sentí cómodo acá y la pasé muy bien, es el lugar donde me vi crecer".

Futuro delicioso

El suceso de su proyecto se traduce en 4 locales (3 en Belgrano y uno en Caballito) y en un nuevo centro de producción que se inaugurará en breve. "Nos ampliaremos al doble de lo que ya tenemos. Queremos seguir haciendo productos de calidad, abrir dos locales más y paralelamente que el centro de producción abastezca a lugares nuevos de pastelería calidad que llegarán a Buenos Aires", augura Próspero y agrega frente al miedo de crecer: "Nos podemos ampliar de forma consciente, hacemos los croissant de manera súper artesanal, cortamos los rombos de a uno, nos tentamos con la máquina que las hace para lograr volumen, pero sabemos que no hay que perder eso de lo hecho en casa, porque se nota en el producto".   

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